Juan Carlos Cataño - ¿Por qué implementar un programa para el uso racional de antibióticos?

El antibiótico ideal es aquel que resulta más eficaz, menos tóxico, retarda el surgimiento de cepas resistentes, es de menor costo y de más fácil administración. Obviamente, no existe. Pero las características de eficacia, toxicidad y costo son consideraciones básicas en la elección del fármaco a usar en cada caso (1) (2).
El uso inadecuado de antibióticos, representa un riesgo para la salud y un desperdicio de recursos económicos en los servicios de salud. Además, contribuye al aumento de la resistencia bacteriana que, a su vez, incrementa los gastos y la mortalidad por enfermedades infecciosas, por lo que se le considera un grave problema de salud pública.
Durante años el uso apropiado de estos medicamentos, junto con el desarrollo de vacunas, permitieron cambiar de manera notable la expectativa de vida en gestantes, recién nacidos, adultos de la tercera edad y en pacientes inmunosuprimidos de tal manera que, la expectativa de vida aumentó en 20-25 años durante los últimos 50 años, siendo el uso de antibióticos una de las importantes razones de ese cambio (1) (2).
Para inicio del siglo XXI, comienzan las situaciones preocupantes, donde aparece la resistencia bacteriana. Está causada por el abuso de antibióticos por la falta de conocimiento, la auto-prescripción, el uso inapropiado de antibióticos de amplio espectro, el uso profiláctico sin evidencia para casos específicos, entre otras. Renglón seguido encontramos que se incrementó la morbi-mortalidad, el aumento en los porcentajes de hospitalizaciones y los costos de cuidados, por estas cepas resistentes (1) (2).
Entre los muchos problemas que enfrentan los médicos, encontramos:
-       Desconocimiento y falta de confianza: Al no tener la seguridad diagnóstica, prefiere usar algún antibiótico para no perder la confianza del paciente (quien percibe que es tratado con un medicamento) y por la presión médico-legal de no caer en negligencia médica, acá suelen medicar de más o de menos, ya sea por inseguridad o por desconocimiento del manejo de las diferentes patologías.
-       Presión del paciente: En estos tiempos el paciente tiene un mayor acceso a la información gracias al internet y exige, la mayoría de las veces, ser tratado con los medicamentos que él lee y cree que son el mejor tratamiento para su patología, sin conocer en la mayoría de los casos la indicación y/o contraindicaciones de cada medicamento.
-       No protocolos: Acá encontramos los diferentes tipos de hospitales y centros de salud de bajos niveles de complejidad, que carecen de un adecuado protocolo en donde se hable de los microorganismos más comunes en su medio y de estudios que demuestren la sensibilidad de estos patógenos, a los diferentes grupos de antibióticos, así garantizando un uso racional de los mismos.
-       Duda diagnóstica o mal diagnóstico.
-       Buenas intenciones
-       Riesgo legal
-       Presión del paciente
-       Malas elecciones.
-       Subdosificación.
-       No culminación del tratamiento por parte del paciente.
-       Uno de los principales problemas es la venta libre de antimicrobianos llevando a la automedicación.
-       Disponibilidad de paraclínicos
-       Falta de control en la calidad de los antibióticos
-       Desconocimiento de las indicaciones para cada antibiótico.
-       Desconocimiento de efectos adversos, sinergismo o antagonismo con otros medicamentos.
Por esto resulta urgente plantearnos medidas adecuadas para el manejo de los diversos antibióticos existentes, razón por la cual se pretende gestionar la implementación de programas sobre el uso racional de estos, buscando contribuir al mejor conocimiento de las patologías más frecuentes y el tratamiento adecuado para cada una de ellas(1)(2).
El éxito terapéutico depende de minimizar la toxicidad del medicamento, llegar al punto de infección y alcanzar las concentraciones bactericidas para una posterior recuperación. A la par con esto, debemos de realizar una correcta lectura de un antibiograma para realizar cambios según la prevalencia de resistencias, teniendo en cuenta que en las infecciones nosocomiales la resistencia es más prevalente, para identificar oportunamente la probabilidad de que el paciente haya recibido antibiótico previo evitando un sesgo para diagnósticos y/o tratamiento adicional, y garantizando que con una correcta lectura del antibiograma podremos tener un mejor abordaje terapéutico para cada paciente (3).  

Por: Juan Carlos Cataño Correa
Internista Infectólogo 
Cristian Camilo Pulgarin Grajales
Estudiante Corporación Universitaria Uniremington.

(1)Maguiña Vargas, C. (2016). Uso racional de antibióticos.
(2)Dreser, A., Wirtz, V. J., Corbett, K. K., & Echániz, G. (2008). Uso de antibióticos en México: revisión de problemas y políticas. salud pública de méxico, 50, S480-S487.
(3)Crespo Ortiz, M. D. P. (2002). La lectura interpretativa del antibiograma: Una herramienta para predecir la resistencia bacteriana en el laboratorio de microbiología de rutina. Colombia Médica, 33(4).