La meningitis es una inflamación de las membranas que rodean al cerebro y la médula espinal. Habitualmente tienen una causa infecciosa y dentro de las meningitis infecciosas, podemos distinguir entre producidas por virus, origen bacteriano y las más raras, ocasionadas por hongos.
Hasta el momento, estudios ayudan a confirmar que las meningitis víricas son benignas y se suelen resolver de forma espontánea, pero, las meningitis bacterianas son graves y requieren tratamiento antibiótico lo antes posible, porque pueden llegar ser mortales.
La causa más común de la meningitis son las infecciones virales y las infecciones bacterianas, las segundas más mortales qué las primeras, por lo que es primordial identificar las causas previamente.
En el caso de las meningitis bacterianas, se presenta debido a bacteria que ingresa al torrente sanguíneo, viajando hasta el cerebro y la médula espinal. También puede manifestarse cuando las bacterias invaden directamente las meninges.
Las más comunes de las cepas de bacterias que provocan meningitis bacteriana aguda son las siguientes:
La forma como se transmite la bacteria es a través de pequeñas gotas de las secreciones respiratorias o de la garganta, facilitada por el contacto estrecho y prolongado con una persona infectada. Donde es importante sabe que el periodo de incubación medio es de 4 días, pero puede oscilar entre 2 y 10 días.
“Se han identificado 12 serogrupos de Neisseria meningitidis, seis de los cuales (A, B, C, W, X e Y) pueden causar epidemias. La distribución geográfica y el potencial epidémico varía según el serogrupo” Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con la OMS, “La neisseria meningitidis solo infecta al ser humano. Hay personas que son portadoras faríngeas de la bacteria, que a veces, por razones no totalmente esclarecidas, puede superar las defensas del organismo y propagarse al cerebro a través del torrente sanguíneo. Se cree que un 10 a 20% de la población es portadora de Neisseria meningitidis, aunque la tasa de portadores puede ser más elevada en situaciones epidémicas”.
De acuerdo con como lo determina la OMS, la importancia que se le debe dar a la enfermedad meningocócica siempre debe ser prioritaria, como urgencia médica, ya que puede ser mortal. Sin embargo, el paciente no requiere aislamiento. “El tratamiento antibiótico apropiado debe comenzar lo antes posible, de preferencia después de la punción lumbar, siempre que esta se pueda practicar inmediatamente”.
Sin embargo, el método más efectivo para prevenir medidas de tratamiento médico es la vacunación:
La vacuna conjugada contra los meningococos del grupo A presenta varias ventajas frente a las vacunas de polisacáridos:
Los síntomas o manifestaciones que pueden llegar a generar alerta de meningitis, más frecuentes, son:
De acuerdo con la OMS, incluso cuando se diagnostica tempranamente y recibe tratamiento adecuado, un 5 a 10% de los pacientes fallece, generalmente en las primeras 24 a 48 horas tras la aparición de los síntomas. La meningitis bacteriana puede producir daños cerebrales, sordera o discapacidad de aprendizaje en un 10 a 20% de los supervivientes.
Una forma menos frecuente pero aún más grave de enfermedad meningocócica es la septicemia meningocócica, que se caracteriza por una erupción cutánea hemorrágica y colapso circulatorio rápido.
Hay ciertos grupos de personas que tienen mayor riesgo de contraer meningitis, entre los cuales se encuentran diferenciados como:
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