La resistencia antimicrobiana se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos cambian al verse expuestos a los antibióticos, antivirales, antifúngicos, y antiparasitarios, dejando de responder a los medicamentos y resistiendo a sus efectos. Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en las personas, lo cual incrementa el riesgo de propagación y mortalidad.
Entonces, ¿La resistencia antimicrobiana afecta a la salud pública?… Si, es una seria amenaza para la salud pública a nivel mundial, pues esta reduce las opciones de tratamiento, haciendo que los medicamentos se vuelvan obsoletos, siendo de esta manera más difícil curar infecciones, y por ende aumentan los casos de mortalidad.
Esta resistencia se genera por diversos factores biológicos, genéticos, ambientales y humanos. Varias de las razones principales de este fenómeno so el uso indebido de los antimicrobianos, la automedicación, y no cumplir con los esquemas de tratamiento propuestos.
De otro lado, los microorganismos tienen la capacidad de mutar y desarrollar resistencia a los antimicrobianos, a través de diversos y complejos cambios genéticos, pero además, las poblaciones de microorganismos que ya tienen mutaciones que les confieren resistencia a diversos antibióticos, tienen una ventaja en términos de supervivencia, y pueden proliferar en presencia del medicamento, facilitando la capacidad de enfermar al paciente, e incluso de transferir este mecanismo de resistencia a otros microorganismos similares.
Una prescripción rápida sin un diagnóstico definitivo, puede llevar al uso incorrecto de medicamentos y al desarrollo de resistencia.
Las consecuencias de este fenómeno pueden llegar a ser graves, con consecuencias para la salud pública y la atención médica en general:
- Mayor mortalidad: Las infecciones resistentes tienen tasas más altas de mortalidad, ya que las opciones de tratamiento son limitadas y menos efectivas.
- Dificultad en el tratamiento de infecciones: Las infecciones resistentes a los medicamentos son más difíciles de tratar, lo que puede llevar a una mayor duración de la enfermedad, mayores costos médicos y un aumento en la morbimortalidad.
- Aumento del riesgo en procedimientos médicos: al crear cierta resistencia, los microorganismos suelen hacer más difíciles procedimientos que antes eran más sencillos, ya que aumentan los riesgos de infección.
- Impacto negativo en la atención médica: aumenta la duración de hospitalizaciones, teniendo que acceder a tratamientos más costosos
- Limitación de opciones: al crear resistencia los microorganismos limitan las opciones de tratamientos efectivos, pudiendo llegar a un punto en que no haya medicamentos para tratar ciertas infecciones.
En conjunto, estos factores contribuyen al desarrollo y propagación de la resistencia antimicrobiana.
Para controlar esta amenaza, es primordial tomar medidas a nivel mundial, que promuevan un uso adecuado de los antimicrobianos, supervisando frecuentemente la resistencia antimicrobiana en el medio, fomentando la investigación y el desarrollo de nuevos antimicrobianos, y educando al público en general y a los profesionales de la salud, sobre la importancia de su uso responsable.