Mientras que algunas enfermedades crónicas despiertan la compasión y tolerancia de algunos, existen otras que, por el contrario, son percibidas de manera negativa causando un componente de discriminación y estigma para las personas que viven con ellas, como el caso de las personas que viven con VIH y/o hepatitis C (VHC). Debido a que las personas creen que estas son dolencias que las personas se han buscado, por prácticas sexuales o por el uso de drogas.
La discriminación y el estigma hacen que para las personas que viven con VHC existan retos adicionales a los propios de la enfermedad. “Los hallazgos muestran que el estigma no solo afecta la capacidad de una persona para acceder a diagnósticos y tratamientos, sino que también afecta su vida personal, su salud mental y su capacidad para trabajar, aprender y mantener relaciones”, afirma Michael Ninburg, presidente de World Hepatitis Alliance, a Yahoo Lifestyle.
Aunque existen múltiples factores y situaciones de riesgo en las que las personas pueden contraer la infección, en muchos casos se ven obligados a explicar su diagnóstico añadiendo a su cuadro, el estrés que puede causar la presión social.
“Es una enfermedad que no discrimina y puede afectar a todos, sin importar la raza, el sexo o género, la clase social y está en todas las comunidades” dice Sheryl en un video de la Fundación Americana del Hígado publicado en YouTube. Y es importante reconocer que todas las enfermedades pueden ser contraídas por cualquier persona y la discriminación puede ser un factor determinante en el tratamiento de las mismas.
“No señales a nadie, no juzgues, el estilo de vida de alguien no tiene que ser peligroso porque muchas personas con VHC pueden tener la enfermedad y no saberlo” dice Ewan en el mismo video publicado con diferentes testimonios enfocados en concientizar a las personas sobre la experiencia de vida de las personas con VHC.
Existe otro factor del estigma, que puede llegar a ser más difícil y es cuando viene del mismo portador, ya que al conocer el estado muchas personas pueden caer en conductas recriminatorias y sentimientos de culpa, que se pueden ver representados en vergüenza, depresión o ver la enfermedad como un castigo.
Hay que reconocer, que el diagnóstico puede ser una fuerte carga emocional para las personas con VHC, y de esta manera volvernos más empáticos cuando conozcamos el estado de alguien. Brindar una palabra de aliento, apoyo emocional o guía en los momentos de tristeza puede hacer la diferencia para muchos.
Reconocer que la Hepatitis C es una enfermedad más común de la que muchos piensan y que debido a su naturaleza asintomática sólo se puede identificar por medio de chequeos habituales. Y la prevención está en implementar hábitos saludables en nuestra cotidianidad y alejarnos de las situaciones de riesgo.